jueves, 18 de junio de 2009

Creo / Bloc de Notas 1

Creo que dirigir es invocar la presencia de un objeto que aún no conocemos pero intuimos.

Creo en el "estar", en pasar tiempo con el objeto desconocido para generar apropiación.

Creo en la Jam Session del ensayo para encontrar la clave armónica del objeto con sus posibles variaciones porque si hay jam hay afinidad temperamental de los intérpretes.

Creo en el viaje iniciático que propone el objeto para terminar encontrándonos con lo mejor y lo peor de nosotros mismos.

Creo todavía en la consigna del Living Theatre que leí a los 16 años en un libro robado "el actor no es un actor, es un creyente"

miércoles, 10 de junio de 2009

Reseña de María Pilar González

En escena hoy, diario digital de espectáculos.

Carolina madre, Carolina hija. La madre habla sin parar, la hija calla. La madre sigue hablando, y la hija desea estar sorda… o que su madre se quede muda. Dos mujeres que se atraen y se repelen, en una relación necesaria, difícil, agridulce. La obra reproduce -en tono de melodrama- la simbiótica relación de ambas, en la que un tercero en discordia puede hacer colapsar ese pulcro universo de la anodina rutina diaria.

Excelente el personaje de Maitina de Marco, cuyas expresiones, tonos de voz y formas de tratar a su hija -a la que nunca dejará de sobreproteger- tienen momentos de ácida comicidad. Miguel Olivera, por su parte, destaca por su capacidad de hacer tangible y corpórea esa incomodidad que se hace patente cuando una hija presenta a su novio ante la mirada cruel y escrutadora de la madre.

La ambientación se basa en pequeños elementos que mezclan lo kitsch con la tristeza producto de la soledad en que ambas viven: la persiana rota sostenida por un secador de piso, dos eternas reposeras ochentosas (esas de caño tapizadas en tela, generalmente con estampado floreado) y una multitud de revistas desparramadas por el piso sumergen al espectador en la cruda intimidad de dos mujeres vacías, a la espera de un príncipe azul que les cambie la vida. Aunque ese príncipe toque el charango y no tenga idea de lo que significa aquella frase en inglés de Elvis Presley que Carolina hija canturrea detrás de la puerta.


http://enescenahoy.com.ar/obras2009/las_carolinas/las_carolinas.htm

Las Carolinas en Puerta Roja. Fotos Cabeza Fresca





























miércoles, 3 de junio de 2009

Reseña de Agustina Gutierrez

La sensación de un globo a punto de estallar. De ésos que un niño (el de adentro) va inflando provocativamente, inevitablemente. Un globo rojo. Crudo banquete de una relación madre e hija (y prensa) "Las Carolinas" es un fiel retrato de las cotidianeidades de todos y de ninguno. Con la ironía, carne cortada a cuchillo, como eje central de la obra, de la mano de la particular escenografía, la cercanía al escenario y sobre todo el maravilloso perfume de ravioles con salsa, nos ubica en una intimidad escalofriante y casi grotesca, como polusión de un payaso en el circo.

Las actrices con el mal comienzo de una silla que se cae, y la concentración (como dijo Capote, "A sangre fría") del artista en su eje, irreprochables. El hombre luchando fervientemente con los nervios de estreno. Una segunda función no hubiera estado de más. Ni una tercera.


Muy buena, sí.


http://resenasdecineyvida.blogspot.com/2009/05/las-carolinas.html